Escala de gravamen IRPF
Se acerca ese momento del año durante el cual las personas físicas que residen en territorio español deben cumplir con sus deberes tributarios al cancelar el IRPF. Este impuesto junto con el IVA, forma parte de los principales tributos que la Administración Tributaria se encarga de recaudar y entregar a las cuentas de Hacienda.
La mayoría de los contribuyentes desconocen la escala de gravamen IRPF que deben aplicar sobre sus ingresos para posteriormente calcular lo adeudado, así como la estructura que la compone y otros aspectos relacionados a esta herramienta fiscal. En este artículo podrás conocer un poco más acerca de todo lo que la escala de gravamen IRPF puede hacer por ti en tu próxima declaración tributaria.
¿En qué se basa la escala de gravamen IRPF?
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el IRPF es el impuesto que pecha las diversas ganancias que constituyen tu renta. En palabras más simples, el IRPF es un tributo que te obliga a cancelar cierta cantidad de dinero en función al nivel o cantidad de ingresos que hayas generado a lo largo del año.
Para tener una idea más exacta de cómo funciona la Escala de gravamen IRPF, también es pertinente tomar en consideración la naturaleza progresiva de este tipo de impuesto. El IRPF recae en gran medida sobre aquellos contribuyentes que poseen una mayor capacidad contributiva, esto quiere decir que son capaces de generar mayores ingresos y por lo tanto cancelar una porción más considerable de sus obligaciones fiscales.
Por otro lado, las personas con menores ingresos deberán de igual manera afrontar el pago de sus impuestos, sin embargo, en una menor proporción si las comparamos con aquellas con aquellos que poseen mayores entradas de dinero. Se podría decir que a mayores niveles de renta también deberá pagarse una mayor suma en relación al IRPF.
Precisamente lo que acabamos de mencionar nos servirá como punto de inicio para comprender el funcionamiento de la Escala de gravamen IRPF, pues en la misma pueden verse reflejados diversos tramos o escalas que hacen referencia a su vez a los distintos tipos de renta de las personas físicas en España.
La estructura de la escala de gravamen IRPF está integrada por la variedad de alícuotas que deben ser aplicadas en función de un margen inferior y un margen superior de ingresos. Así queda evidenciado el principio de progresividad del que hemos hablado con anterioridad. Las escalas más bajas aplicarán una tasa menor y este porcentaje irá incrementándose al ir escalando los tramos de manera ascendente hasta llegar al último de ellos.
¿Cómo funciona la escala de gravamen IRPF?
La escala de gravamen IRPF grava el impuesto sobre la renta que deberás declarar anualmente. Sin embargo para poder emplear correctamente este tipo de formato, deberás saber exactamente sobre qué tipo de monto debe aplicarse.
Las tasas que forman parte de la escala de gravamen IRPF funcionan como un mecanismo que te permite pechar todos los ingresos que constituyen tu renta en un determinado periodo de tiempo. Desde el dinero que percibes como parte de los rendimientos de tu salario, pasando por los ingresos que puedes cobrar al dar un piso o local en alquiles, hasta las cantidades acreditadas por una pensión pública y por supuesto las utilidades obtenidas en fondos de ahorro o las recibidas al cobrar algún tipo de seguro, entre muchas otras partidas.
El tratamiento contable y fiscal que Hacienda le da a este cúmulo de ingresos consiste en clasificarlos previamente en varios tipos de renglones. Básicamente pueden distinguirse dos grandes grupos formados por la base general de la renta y la base general del ahorro, a partir de ellos pueden subdividirse o ramificarse en otras subcategorías.
A partir de estos grandes grupos es necesario ir restando determinadas sumas de dinero las cuales por ley no computan dentro del cálculo del IRPF, pues las mimas son consideradas como reducciones, rebajas, exenciones o exoneraciones a la renta, como por ejemplo las rentas derivadas de pensiones de minusvalía, los aportes percibidos para el sostenimiento de familias numerosas en situación de vulnerabilidad, entre otras.
El resultado será la depuración del conjunto total de ingresos brutos, hasta alcanzar la base imponible sobre la que debe aplicarse la escala de gravamen IRPF. Si los contribuyentes pueden apelar un mínimo personal y familiar entonces podrán aminorar aún más su base imponible y con ello pagarán menos impuestos.
Al deducir las bonificaciones y deducciones como las otorgadas por la compra de una nueva vivienda entre otras, podrá calcularse la cuota líquida. Finalmente se deberá comprar los adelantos del IRPF cancelados ante Hacienda como parte de la retención efectuada mensualmente en nómina o trimestralmente en las facturas de los autónomos, para establecer si aún se debe cancelar IRPF o si Haciendo en su defecto deberá devolverte parte de lo que has pagado.
Uno de los aspectos que deberás siempre tener en mente es que la escala no se aplica directamente sobre la cantidad total de la base líquida, pues esto violaría el principio de progresividad. Lo que se hace es partir del tramo más bajo y a partir del mismo se aplican las tasas establecidas en la escala de gravamen IRPF hasta alcanzar el monto total.
Por ejemplo si un contribuyente posee una base líquida equivalente a 30.000 euros, entonces iniciará el cálculo aplicando una alícuota del 19% sobre el primer tramo 12.450 euros, esto equivale a 2.365,5 euros. Posteriormente recaerá un 24% sobre los 7.750 euros del segundo tramo y por último solo tendría que multiplicar los 9.800 euros restantes del tercer tramo por 30%, para alcanzar un resultado final de: 2.365,5 + 1.860 + 2.940 = 7165.5 euros.
Como siempre te recomendamos cumplir a cabalidad con todas tus responsabilidades fiscales para evitar de esta forma futuros inconvenientes y lo que es peor aún el pago de sanciones. Si aún consideras necesitas una mayor orientación al respecto, no dudes en acudir con un profesional en materia contable para que te asesore de la mejor manera posible.
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