Rendimientos del trabajo IRPF

Los rendimientos del trabajo son junto a los rendimientos obtenidos del ahorro, los dos grandes grupos de cuentas de las cuales Hacienda echa mano anualmente para llenar las arcas y sobrellevar una parte del gasto público. Aunque no siempre puede constatarse un beneficio directo, se supone al menos teóricamente, que el dinero recaudado será bien aprovechado en proyectos que eleven la calidad de vida de los ciudadanos en general.

Los rendimientos del trabajo forman parte de todos los beneficios laborales de los cuales los trabajadores tienen derecho a disfrutar cuando prestan sus servicios de manera independiente como podría ser el caso de un profesional autónomo, o por cuenta ajena como lo haría un trabajador bajo las órdenes de un patrono. Acompáñanos a descubrir un poco más y entérate de cómo aprovechar los rendimientos del trabajo en el IRPF.

¿Cómo se relacionan los rendimientos del trabajo con el IRPF?

Para poder entender el estrecho lazo que une a los rendimientos derivados del trabajo con el IRPF, primero que nada tenemos que entender la naturaleza misma de este impuesto. El IRPF es un tributo que grava la renta de todas las personas físicas que habitan en territorio español y las cuales llevan a cabo una serie de actividades que les permite devengar los ingresos que serán posteriormente pechados.

Los rendimientos del trabajo constituyen todas las contraprestaciones tanto en especie como de manera dineraria, que el contribuyente es capaz de percibir a través de una relación laboral con su patrono o con sus clientes si se trata de un trabajador autónomo. El dinero pagado en nómina conforma una de las principales fuentes de renta para la mayoría de los ciudadanos en España, por lo tanto, el IRPF recae directamente sobre una fracción del mismo para hacer efectivo el cobro de este tipo de impuesto.

El IRPF en torno a los rendimientos del trabajo actúa como un tributo personal de naturaleza progresiva, el cual grava la renta generada por dichos rendimientos obedeciendo los principios de generalidad e igualdad establecidos en la ley y tomando en consideración todas las circunstancias tanto familiares como personales del contribuyente en cuestión.

Entre los principales ejemplos de rendimientos del trabajo en el pago del IRPF podemos mencionar básicamente a los sueldos y salarios, exceptuando el dinero otorgado para cubrir gastos de viaje que pueden incluir las erogaciones necesarias para la alimentación del trabajador entre otras asignaciones establecidas de manera reglamentaria.

También son considerados rendimientos del trabajo las pensiones otorgadas por el Estado a través de Seguridad Social en los casos de paro o desempleo, así como el dinero recibido a través de fondos de jubilación y pensiones de este tipo.

¿Qué tipos de rendimientos del trabajo existen al momento de pagar el IRPF?

Pueden clasificarse de acuerdo a su naturaleza de la siguiente manera:

• Rendimientos en forma de dinero: Es lo que usualmente conocemos como salario y por lo general se registra de acuerdo a su monto total o bruto, el cual cubre los servicios pactados previamente en el contrato laboral. Al momento de computarlos no se toman en cuenta los gastos ni las retenciones efectuadas sobre la nómina.
• Rendimientos en especie: En este caso el trabajador puede disfrutar de cierto tipo de beneficios que faciliten su desempeño, los cuales pueden llegar a mejorar sustancialmente su calidad de vida. Debe establecerse un método para calcular el valor en unidades monetarias que será pechado al final del periodo fiscal.

A continuación, te mencionamos algunos métodos de valoración para estimar de la manera más exacta posible para calcular los rendimientos en especie:

El primer método de estimación es al valor normal del mercado, es decir, que las retribuciones en especie se tasarán al valor más estandarizado. En otras palabras, al valor al que se llega a través de un acuerdo en que ambas partes se encuentran debidamente informadas.

Por otro lado, también pueden emplearse un conjunto de reglas previamente establecidas que permitan tasar adecuadamente la utilización de un vehículo, el valor de un préstamo o la participación en un plan de pensiones.

Para ello se fija un ingreso a cuenta mediante el cual el patrono o empresario se encuentra en el deber de registrar oportunamente el monto por concepto de pago mediante una retribución en especie. Dicho monto se calcula aplicando una tasa o porcentaje de retención sobre el beneficio en especie que este disfrutará.

Aunque lo anteriormente dicho pueda parecer un poco abstracto, quizás quede más claro con un simple ejemplo:

Si un trabajador como parte de su rendimiento del trabajo disfruta de la utilización de un vehículo para su uso a discreción, entonces la empresa aplicará un porcentaje del 20% previamente acordado establecido sobre el costo de adquisición del vehículo, el cual fue en su momento de 10.000 euros.

El trabajador al momento de declarar los rendimientos del trabajo en su IRPF, deberá computar la parte correspondiente a los rendimientos en especie por un valor de: 10.000 * 20% = 2.000 euros anuales.

Adicionalmente a lo antes mencionado, también existen reducciones a los rendimientos del trabajo en el IRPF cuando se cumplen las siguientes circunstancias:

Rendimientos generados de manera irregular

Si la persona cuenta con rendimientos que requieran al menos dos años para hacerse efectivos, o en los casos en los que debido a la naturaleza del trabajo el contribuyente reciba contraprestaciones de manera irregular, entonces podrá gozar de una reducción equivalente al 40% de la cantidad a la que asciendan dichos rendimientos.

Dentro de este tipo de rendimientos podemos citar los diversos tipos de indemnizaciones tanto por cese voluntario como por traslado o renuncia de derechos.

Ahora que sabes un poco más acerca del tema, no dudes en aprovechar la información para ponerte al día con el pago de tus impuestos. Recuerda cumplir con tu responsabilidad fiscal y ciudadano a través de la cancelación de tus tributos.

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